El jueves llegó Calicanto. Emblemática banda de corazón veneciano que, aunque cumplen en este 2005 sus bodas de plata hay que rastrear hasta 1995 para encontrar su último paso por nuestro país.
En Segovia presentaron su último trabajo, titulado ‘Labirintomare’, que confirma su tamaño. Grupo de enorme prestigio (sobre todo fuera de Italia), cuentan con laportentosa voz de Clauda Ferronato. Dotada de unas aptitudes inmensas, con gran riqueza de registros, se sitúa en la línea de las grandes voces femeninas mediterráneas que cuenta con infinidad de ejemplos en sus paradas por Grecia,
Túnez o España. Síntesis de su capacidad fue la estremecedora pieza final, acapella, simplemente escalofriante.
Su música es un viaje por la costa adriática de la que extraen las partituras de los ritmos populares, enriqueciéndolas con nuevas propuestas. Repertorio éste repleto de canciones populares de Venecia (cuna de su creación), leyendas italianas del medievo y canciones de campo. Armadas todas con vivo acordeón, ligera guitarra y mucho cuerpo para sostener arreglos de clarinete y ocarina, que nos trasladan irremediablemente a otras latitudes. No abusan de la percusión y viven felizmente enganchados a la fantástica dirección del acordeonista Roberto Tombesi.